Mejor Servicio
1. Osaka

Desde el momento en que cruzas el umbral de Osaka en Quito, el servicio marca la pauta: hospitalidad genuina, atención impecable y una calidez que pone al comensal en manos de expertos. Cada movimiento refleja cuidado, cada detalle está pensado, cada instante se vive con fluidez, naturalidad y esmero.
El entorno acompaña, desde luego. Un diseño sobrio y elegante, minimalista sin caer en frialdad, trasmite elegancia en cada rincón, conjugado por la facilidad del trato integrado por cada miembro del personal.
No es tarea sencilla: el buen servicio exige preparación, decisiones inteligentes y la capacidad de improvisar ante los deseos de cada comensal, a menudo variados y exigentes. Osaka, al encarnar el modelo de alta gastronomía, no deja ningún requerimiento sin atender. Uno espera lujo en todo —de las servilletas a las copas, de cada gesto a cada palabra— y el personal responde a cabalidad.
Este reconocimiento es tanto para el trabajo silencioso tras bastidores como para quienes reciben al cliente como anfitriones de un restaurante excepcional, complementado por una experiencia Nikkei del más alto calibre. Nigiris, tiraditos, sashimis y giros culinarios que incorporan lo peruano y lo ecuatoriano brillan gracias a la sinergia humana de un equipo que funciona como el más preciso reloj.