Mejor Ambiente
1. Clara

Como para puntuar las íes del dinámico y artístico barrio de La Floresta, Clara se muestra como un restaurante atractivo con un raro equilibrio entre intimidad y sofisticación urbana. Nacido del deseo de fusionar las personalidades de tres chefs de orígenes distintos y de darle nueva vida al barrio—y a un ícono de la ciudad como lo fuera en su tiempo “El Pobre Diablo”—, el resultado, tanto en ambiente como en experiencia y calidad, le ha valido un lugar en los “50 Best” de Latinoamérica… y nuestro premio a Mejor Ambiente.
Desde el momento en que uno ingresa, Clara se revela a través de sus múltiples facetas: es, por definición, ecléctico. Se siente a la vez como un salón privado y un espacio cultural. El concreto visto, los tonos cálidos de la madera y la luz natural que entra por un techo de vidrio durante el día, se transforman, por la noche, en una especie de cueva iluminada por su tenue chimenea y luces sútiles. Árboles vivos habitan tanto la sala como la cocina abierta, donde los cocineros trabajan a la vista de todos y al son de sus ollas y animado ajetreo.
El diseño del arquitecto Felipe Escudero equilibra líneas cuidadosas con guiños lúdicos, mientras que el arte se vuelve protagonista, con obras de varios artistas de la movida contemporánea como Francisco Galárraga, Ricardo Coello Gilbert y Saúl Endara—incluyendo un bodegón inspirado en las limpias medicinales o un primer plano de la emblemática espumilla callejera—los que aportan humor y reverencia hacia el espíritu popular de lo que, a la larga, no deja de ser un restaurante de barrio. Con mucho verde, mucha sinergia, el ambiente invita a quedarse y acompaña la propuesta de los chefs Salas, De Sousa y Lobato, cuyos platos reinterpretan tradiciones con desenfado, cargados de simbolismo y mucho sabor.